Existen miles de razones por las cuales podemos decidir empezar un nuevo negocio: porque tuvimos una idea ganadora, porque queremos ser dueños de nuestro tiempo o simplemente porque deseamos hacer lo que nos apasiona y ganar dinero con ello.
Sea cual sea el motivo que te haya llevado a emprender, debes tener claro que todo nuevo negocio implica enfrentar desafíos y riesgos. Y que convertirte en un emprender exitoso requiere mucho más que pasión y ganas –aunque, ojo, no digo que éstas no sean importantes–.
De acuerdo con El Instituto del Fracaso, una empresa social que ayuda a las personas a liberarse de los paradigmas que limitan su vida y que se dedica a estudiar el fracaso, en México una startup tiene menos probabilidad de sobrevivir que en países como Colombia, Brasil o Estados Unidos, pues el 75% de los negocios nacientes cierran operaciones luego del segundo año de existencia.
Entre las razones del fracaso se encuentran:
- La falta de preparación empresarial
- Subestimación del tiempo y esfuerzo requerido
- Carencias estratégicas
- Falta de capacidad en ventas
- Ausencia de habilidades sociales
Son cifras y causas realmente alarmantes, pues según el Monitoreo Global de Emprendimiento (GEM) 2018/2019, que cada año elaboran el Babson College y la London Business School, México tiene el segundo mejor contexto para emprender de América Latina, ya que existe el financiamiento empresarial y un marco político que promueve el nacimiento de nuevos negocios.
A partir de estos escenarios, podemos confirmar que el dicho popular “el emprendimiento es para todos, pero no todos somos para el emprendimiento” es verdadero.
¿Cómo empezar un negocio y hacerlo rentable sin pensar en el fracaso?
En mis 30 años de experiencia, he visto a cientos de personas empezar un negocio y fracasar. Pero también he visto a muchos más convertirse en exitosos empresarios que alcanzan sus metas y logran dejar un gran legado.
Y sabes, pensando con cuidado y en retrospectiva, todos los que ahora son exitosos compartían dos cualidades:
- Tenían una visión clara de quiénes son
- Saben cuál es su idea y cómo pueden desarrollarla
Es por eso que hoy quiero compartir contigo seis pasos que te servirán, no sólo para empezar un negocio y tu camino como emprendedor, sino para consolidar un emprendimiento realmente rentable y próspero.
1.Evalúate. Toma en cuenta si tienes lo que se necesita para ser un emprendedor y, si no lo tienes, sé sincero y piensa: ¿estoy dispuesto a aprender y hacer lo mínimo necesario para al menos comenzar exitosamente? Si alguna de las respuestas es “no” o “no estoy seguro”, sigue tu camino por otro lado.
El emprendimiento es una actividad muy demandante, y requiere que adquieras muchos conocimientos, por lo que tus habilidades autodidactas estarán a prueba constantemente.
2. Selecciona una idea. ¿Recuerdas el dicho “el que mucho abarca, poco aprieta”? Pues puede ser aplicable 100% a los negocios. Así que define muy bien tu idea y enfócate en ella. Si te cuesta trabajo definir cuál es, vuelve a las razones del emprendimiento y verás como uno de los principales motivadores es hacer lo que nos apasiona.
3. Elabora un plan. En un documento, plantea la descripción de tu empresa, las estrategias de mercado, objetivos, la inversión que estás poniendo, la rentabilidad que esperas, etc. Sé lo más específico y sistemático que puedas con estos detalles, para que puedas usarlos como tu hoja de ruta.
4. Forma tu equipo. Los grandes emprendedores se rodean de gente más sabia y capaz que ellos, que aporta elementos que él solo no podría. Por eso, selecciona personas con tu misma pasión, pero que complementen tus habilidades. Por ejemplo, si te cuesta trabajo la comunicación busca a alguien con esa habilidad.
5. Consigue financiamiento. Si no cuentas con el capital suficiente, puedes buscar socios o inversionistas que compartan tu idea de negocio y tengan el mismo compromiso que tu. También puedes buscar el apoyo de instituciones crediticias que respalden tu desarrollo. Lo importante es tener opciones variadas.
6. Aprende y especialízate. Conoce a tus clientes, proveedores, costos reales, tiempos de ejecución, etc. Pule cada vez más tus conocimientos y habilidades. Recuerda, ¡un emprendedor nunca deja de aprender!